martes, 6 de mayo de 2008

Reflexión tras las Elecciones



Acabamos de terminar un nuevo proceso de elecciones en nuestra Facultad: los resultados pueden ser vistos desde distintas perspectivas, pero lo cierto es que hay una sensación de que la gran mayoría de los sectores de opinión existentes en la Escuela han quedado en alguna medida representados.
El proceso se llevó en general sin sobresaltos lo cual habla de la buena cultura cívica que poseemos. No se notaron colas, las mesas funcionaron desde temprano, hubo un permanente entusiasmo por asistir a las urnas y lo que es importante, pareciese que dentro de todo – excepciones en todos los bandos- los candidatos tuvieron un desempeño correcto a la hora de ganarse los votos. Eso sí, claro está que unos y otros muchas veces actuaban al borde de lo permitido –mejor dicho, al borde de la prudencia- o bien, buscando los medios más idóneos y efectivos para la captura de votos.
Pero no todo me fue congruente en el pasado proceso: se evidenció un sistema que tiende a trastornar la voluntad del alumnado entre el paso del primer al segundo día. No menor es el ejemplo de Segundo Año, donde la tendencia que se mostraba a prevalecer durante el primer día se rompió drásticamente en el segundo. Incluso me aventuro a señalar que esta misma distorsión precipitó la salida de una candidatura que parecía segura a quedarse dentro de los tres cupos para el Consejo. Es obvio, frente a un escenario más claro los candidatos tenderá necesariamente a presionar a las bases para conseguir su objetivo y ahí también, las coaliciones entrarán a buscar los cupos que les parecen un triunfo. Pero esto siempre en desmedro de distorsionar la verdadera voluntad del estudiantado, la cual se enfrenta a la disposición de un grupo de candidatos un día y al siguiente, esa misma disposición puede ser completamente distinta ya sea más urgida que nunca en captar votos o bien, haciendo las maromas necesarias para trasladar votos de un candidato – incluso él mismo- a otro con tal de favorecer a la coalición.
Por eso abogo desde ya por una reforma al sistema de elección en dos días o bien, al recuento de votos en forma anticipada. Eso no es un proceso enteramente democrático, sino una distorsión que como se vio puede incluir en el Consejo a un candidato y dejar afuera a otro cuando la voluntad estudiantil no es justamente esa.

No hay comentarios: